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jueves, abril 20, 2006

Al más pelao de todos los señores, al más señor de todos los pelaos


En medio de la creciente industrialización mexicana de los años 30, Europa se abre paso más que nunca en medio de la selva virgen de los aztecas. Este ligero despegue industrial que, obviamente, no se reflejó en el volumen de los bolsillos del pueblo, requiere nueva mano de obra. La máquina es imparable: la vida agraria se va quedando desfasada y el buen indígena ha de salir de su poblado azteca, de ritos milenarios, para integrarse con el hombre blanco, que le paga sus servicios con poco sueldo y mucho asfalto. Ahí nace Cantinflas, de la mano de Mario Moreno.

Ahí surge el “pelaíto” mexicano, esa mezcolanza de sangre, carne y sentimientos, que ni es indio ni es español. Es el indígena que ha de aprender a vestirse como el hombre blanco, pero que no se resigna a perder su identidad. Por eso, el peladito adopta las vestiduras del invasor haciéndolas suyas: pantalón caído, camiseta descolorida y remendada, zapatos grandes y una suerte de pañuelo que él se empeña en llamar “gabardina”. “Está bien, si hay que integrarse para subsistir, me integraré, pero lo haré a mi manera”; estas son las palabras que parece querer decir Cantinflas pero que nunca dice, o que dice constantemente aunque muchos no se den cuenta.

De estos principios surge la picaresca de Cantinflas, pero también su desconfianza. Es el hombre que no se fía de nadie porque nadie se ha fiado de él. Porque le prometieron “le vamos a dar parcelas” (cuando la Revolución mexicana), porque le prometieron “le vamos a dar un trabajo digno” los distintos gobiernos revolucionarios (qué términos más contradictorios). Nadie cumplió sus promesas y por eso Cantinflas nunca se compromete. Por ello, ante la verborrea del intelectual y el poderoso, se evade en circunloquios sintácticos, creando algo parecido a la selva en la que acostumbraba a esconderse antaño. Igualmente, Cantinflas marca su territorio cada vez que en sus películas, inexcusablemente, hace suya la pista de baile (compartida siempre con una bella señorita). También el baile marca la identidad del indio: el movimiento de caderas, sus brincos ridículos, su forma de moverse al son que le marca la sangre…Todos estos elementos tienen mucho de rito tribal, de danza ancestral, reforzada estéticamente por el bigotito de jefe azteca que no se deja avasallar por el invasor.

No estamos hablando, obviamente, del Cantinflas de los últimos años (el que tristemente recuerdan las nuevas generaciones porque es el único que repiten por televisión, por ser en color). Esto es, no hablamos del Padrecito, ni del Profe, ni del Señor Doctor, con un Mario Moreno ya aburguesado y profundamente conformista. Hablamos del otro, del primer Cantinflas de películas de humor blanco y negro, de aquél que no conocía Hollywood todavía. Ese personaje primigenio, anárquico e incluso cruel poco tendrá que ver con el acomodaticio funcionario que nos mostrará Mario Moreno en su última época. Definitivamente, el hombre blanco, el europeo, acabó tragándose al indígena.

El primer Cantinflas, inspirado directamente en Charlot, puede compararse como personaje cómico a las grandes creaciones de Charles Chaplin, Stan Laurel o Julius Henry Marx. Demasiado popular y demasiado hispano como para ser reconocido por los intelectuales, los críticos han pasado una mirada desdeñosa y resentida sobre su filmografía, despojando de cualquier mérito al que consideran un actor populachero y facilón. Sin embargo, su mímica, su saber estar en escena (la cámara lo adora), la utilización de la kinésica como recurso humorístico, las inolvidables parrafadas…todos estos elementos configuran uno de los más grandes actores cómicos de la historia, reconocido por Charles Chaplin como “el mejor comediante del mundo”. Le bastaba levantar una ceja para provocar históricos ataques de risa. Y todo esto lo hace con elegancia, con señorío, sin caer en el histrionismo fácil, sin reírse siquiera. Porque Cantinflas no se ríe; como mucho, lanza una sonrisa de pícaro chico de la calle, para que el espectador quede irremediablemente enamorado de él.

Como sabrán los asiduos a este blog, adoro a los cómicos. Pero dentro de ellos, he de decir que tengo “un cómico para cada estado de ánimo”. Sin duda, Cantinflas es la mejor opción cuando el alma necesita “remontar el vuelo”. Si hay una característica que lo distingue de su “padrastro” Charlot, es su arrollador vitalismo, tan latino. Frente a la tierna resignación del vagabundo chaplinesco, Cantinflas levanta un orgullo de ranchera mexicana ante la adversidad: nada detiene al pelao porque nada tiene que perder. Nadie espere ver al mimo azteca solazándose en su dolor o lamentándose de sus condiciones de vida. Al contrario, lo encontrarán inventando, sobreviviendo, intentando crear una realidad nueva, que se acomode a sus intereses y necesidades … ¿Y qué mejor manera de crear realidades que a través de su cantinflesco lenguaje?

Al pelao de Mario Moreno, de extracción humilde, nadie le regaló nada, pero él hizo un hermoso regalo a la humanidad: nos regaló a Cantinflas. Otros grandes actores de la historia nos han sorprendido con múltiples interpretaciones magistrales, con papeles radicalmente opuestos, pero Mario lo hizo con un personaje que sólo él podía dar a luz, porque lo traía dentro, porque lo vivió fuera, porque era “ese otro que viene conmigo”, como decía siempre.

Aunque en una ocasión Mario Moreno confesó no sentirse un triunfador porque “la vida es demasiado corta para triunfar”, yo te digo, mi cuate, que no te hagas tarugo. También te he oído decir que lo único que pretendiste en tu carrera fue hacer felices a los demás. No…esta vez no te me vas a escapar entre subordinadas a medio acabar… Triunfaste, pelao, y cada risa que me sacas cuando más lo necesito es uno de tantos ecos de un triunfo que ningún “entendido en cine” puede acallar.

Hoy hace trece años que la Parca vino a buscar a Mario Moreno. El veterano actor se fue con ella. A Cantinflas nos lo quedamos nosotros (hágase cargo, compadre; nos hace falta). No obstante, cada 20 de abril la Señora de la guadaña, siempre tan disciplinada, vuelve a por él. Pero Cantinflas no se decide a acompañarla…

Simplemente, la saca a la pista y la invita a bailar…sólo para que nos riamos un ratito más.

19 Comments:

Blogger Yordi (Y.) said...

Hola Chespiro;
precisamente mi primer recuerdo vinculado a la comedia me viene de Cantinflas, de pequeño me encantaba la película del barrendero, y cantaba y bailoteaba la canción de Mario Moreno en la película....
Soy barrendero y yo con la escoba, ay siempre hago lo que yo quiero, pero me da coraje que ya la ciudad quieran convertirla en un basurero... jeje

2:36 a. m.  
Blogger Los Burgomaestres said...

Magnífica reivindicación, amigo Chespiro, y un gran acierto al recordarnos a todos el día de hoy, y al señalarnos el tema: el primer cantinflas.

5:17 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Gracias por sus comentarios, amigos.
Precisamente esa película del Barrendero que mencionas, Choko, es de las que menos me gustan. Fue la última que hizo Don Mario y en ella vemos a un señor de 70 años intentando correr y enamorando a la muchacha jovencita.
Como acierto le veo el hecho de que para su despedida del cine, Moreno abandonara el status privilegiado de sus últimos papeles (maestro, sacerdote, embajador) para reivindicar de nuevo la profesión más humilde entre las humildes: la de barrendero.
Si el argumento le hubiera llegado unos cuarenta años antes...
Por cierto,yo también tengo la canción metida en la cabeza.

5:46 a. m.  
Blogger Acácio Simões said...

Ainda me lembro das gargalhadas que dava quando via os filmes de Mário Moreno, el Cantinflas...

6:27 a. m.  
Blogger Yordi (Y.) said...

Hombre Chespiro, es que yo te hablo de mi prehistoria, de mi pura infancia, claro que ahora prefiero el Cantinflas de "Gran Hotel", "Abajo el telón", "El siete machos, "Águila o sol", o de mis preferidas "A volar... joven" y "Ahí está el detalle". Pero siempre guardo el recuerdo del impacto que causó en mí de pequeño "El barrendero" por eso no he podido dejar de hablar de ella...

10:43 a. m.  
Blogger Fercho said...

No he seguido mucho la figura Cantinflas, pero nunca es tarde para proponérselo. En cambio ahora estoy revisionando toda la filmografía de los Hermanos Marx. Me gustaría ver un artículo tuyo sobre Harpo Marx.

12:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

HOla Chespiro un comediante del que ayer se cumplieron 13 años de su muerte y del que muy a pesar de los criticos era un buen Actor. El solito era capaz de convertir la pelicula mas soporifica del mundo en algo ameno. Por cierto creo que no se menciono ¨el circo¨.

3:57 p. m.  
Blogger Luis Bond ∴ said...

"No obstante, cada 20 de abril la Señora de la guadaña, siempre tan disciplinada, vuelve a por él. Pero Cantinflas no se decide a acompañarla…"

Hermosas palabras, me encanto todo lo ke escribiste! Gracias por invitarme a leerte y por visitarme. No todos los dias se topa uno con tan excepcionales palabras para el maestro Cantinflas! Saludos y nos estamos leyendo!

11:37 p. m.  
Blogger Chespiro said...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Siento haber estado ausente de este blog y de los ajenos tanto tiempo, y creo que así seguirá un tiempo más.
¡Qué le vamos a hacer!
De verdad, me alegro de que tantas personas se hayan pasado a "saludar" a Cantinflas en este aniversario de su muerte (o de la de Mario Moreno).
Nos vemos pronto bloggeando, amigos.

10:30 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Creo que ya podré quedarme un tiempecito más con ustedes.
Por cierto, Fercho, acabo de darme cuenta de lo de Harpo Marx..."Tomo nota", como diría el Inspector Hólmez.

2:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

En los mercados de lance... aún aparece algún ejemplar de "Su Excelencia"...
---

5:49 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Precisamente, don Jesús, esta mañana he estado hojeando ese libro que conseguí precisamente en uno de esos mercados.
Es una mera trascripción de la película, que por cierto a mí no me gusta (por la moralina).
Se habló de "negritud" con respecto al libro en su día.
No me extrañaría, la verdad.

11:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Aunque de pequeño mi favorito siempre fue chespirito, vi todas las peliculas de cantiflas y en todas me reí a carcajadas, mis favoritas "el circo" y el "bolero de raquel"

excelentes palabras a un excelente comediante... saludos chespiro

9:36 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Gracias por tu comentario, amigo Javier.
Es la segunda vez que se menciona "El circo", película en la que Cantinflas se atreve incluso a remedar el título de la de Chaplin, su inspiración más directa.
En cuanto al "Bolero", la considero una película de transición entre el Cantinflas anárquico de las primeras y el más convencional que veremos después.
Es una de las más repetidas en mi país, y contiene la magistral y antológica escena en la que Cantinflas baila al son del bolero que casi da nombre a la película.
Grande.

12:11 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Jeje, buenos los ratos que nos hizo pasar don Mario y buena compañía para rememorarlos.
Creo que una de las películas que no se han nombrado aquí y que es una de las favoritas del amigo Gariel es "El Analfabeto", otro ejemplo del vitalismo y del deseo de superación de Cantinflas, que tanto nos ha ayudado a muchos.

9:20 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Bueno, es que los guiones de las películas de Cantinflas no se caracterizaban por atar todos sus cabos.
En cuanto a la escena del juicio, es algo muy típico en la filmografía de Mario Moreno. Todas estas escenas ante tribunales parten de la mítica escena final de "Ahí está el detalle", que sentó las bases para toda su producción anterior.
Por supuesto, Cantinflas siempre salía absuelto, ¿Qué juez podría condenarle?

7:24 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
»

10:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es hermoso lo que has escrito gracias!! Cantinflas el mejor por siempre.

11:37 p. m.  
Blogger Chespiro said...

Gracias por tu amable comentario, amigo.

11:47 a. m.  

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