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viernes, marzo 24, 2006

Pasando al jefe por la plancha


Retomando el sano deseo universal de pasar al jefe por la quilla planteado un par de temas más abajo, presentamos esta ilustración para incidir en el asunto, esta vez desde el punto de vista meramente gráfico. No dejaremos de asombrarnos, por mucho que pasen los años y por muy acostumbrados que estemos, de la expresividad del grafismo de Ibáñez, del que esta ilustración es una buena prueba. A pesar de que el destino de Filemón no son las procelosas aguas del océano, nótese el gesto de desesperación con el que el autor ha caracterizado a su personaje, en una escena que bien podría resumir toda su vida: siempre al borde del abismo, siempre a punto de llevarse un nuevo mazazo.

Sin embargo, la desesperación caricaturesca no está expresada únicamente en las facciones del personaje, sino que se manifiesta también en la tensión que inunda todo el dibujo, ejemplificada en la tensión de las posturas (tensión que no resta naturalidad a las mismas). Así, encontramos varios ejes “tensionales” (llamémoslos así) en la ilustración.

El primero, recorrería la misma casi en diagonal e iría de izquierda a derecha (siempre del lector), apuntando el triste destino al que se dirige Filemón. En este eje, encontramos de forma paralela el sable de Mortadelo (lo que más llama la atención de su disfraz), la pierna de Filemón que tienta en vano una superficie sólida y la “pasarela” de madera, a punto de ceder, tambaleándose ante el peso del desdichado que hay encima.

El segundo eje sería vertical, y correspondería al cuerpo de Filemón, cuya visión casi hace sentir la opresión de las cuerdas. Frente a la habitual jorobita de los personajes de Ibáñez, esta vez el cuerpo se tensa hacia atrás, para mostrar el avance involuntario. También la cabeza del jefe de Mortadelo clama al cielo, acentuando la verticalidad de la escena. Por si no fuera bastante, dicha verticalidad viene subrayada por la aleta del tiburón que espera en el agua, erecta, expectante, con unas líneas cinéticas que indican pulsión contenida.

Hay un tercer eje de tensión menos subrayado, ejemplificado en el gato (míticos gatos de Ibáñez). El animal sale corriendo en dirección opuesta al barreño, con el cuello estirado y la lengua fuera: nuevamente un eje de atención que se escapa por un vértice. El gato no es sólo uno de los elementos decorativos de los dibujos de Ibáñez (que también), por su posición y postura contribuye a dotar a la ilustración de un tercer eje que parece “estirar” la composición de la escena hacia el lado opuesto, resultando así una suerte de triángulo isósceles. Nótese que al dibujante no le hubiera costado nada pintar al animalito saliendo directamente del barreño, pero la línea diagonal que marca el felino difícilmente tendría el mismo efecto si lo hubiera hecho así. Por ello, varias líneas cinéticas marcan su periplo alrededor de la escalera para situárnoslo (tal vez de forma algo forzada) en el punto de partida del que arranque su huida en diagonal, queriendo escapar, literalmente, del dibujo.

No quiero decir con esto que estemos ante “El Grito” de Munch, pero no cabe duda de que los niveles expresivos alcanzados con tan pocas figuras son bastante notables en esta ilustración. Estas son algunas de las cosas que los críticos de cómic no ven (o no quieren ver, o están demasiado acostumbrados a ver), alabando las cualidades (sin duda meritorias) de otros dibujantes y pasando por alto lo que hay de valía en la obra de Francisco Ibáñez. El público, sin embargo, es sabio. El público no toma en consideración todos estos elementos de análisis (al igual que Ibáñez tampoco tomó, seguramente, muchos de ellos), pero sabe que ese dibujo le gusta, le atrae, se le mete por los ojos más que el de otros dibujantes realistas o humorísticos, españoles o extranjeros, bruguerianos o no. El público, decimos, sabe que eso le engancha, le divierte y le impacta visualmente. Por eso se acerca y compra.

Por eso y por más cosas…¿Han probado a poner la cara de su jefe en lugar de la de Filemón? Sean perversos durante unos segundos, que también para eso están los tebeos.

12 Comments:

Blogger Los Burgomaestres said...

¡Míticos gatos de Ibáñez, ha escrito! ¡Y elefantes! ¡Y animales en general! Admirable análisis, don Chespiro.

1:54 p. m.  
Blogger Los Burgomaestres said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

1:54 p. m.  
Blogger Fercho said...

Hola (soy el ComisarioGordon). Muy posiblemente a nadie se le ocurre el análisis a un nivel tan minucioso de la obra gráfica de Ibáñez. Quizá el ojo ya acostumbrado a tanto material no distigue tantas cosas, y es iteresante pararse a pensar en ellas, porque nos pueden llegar subliminalmente.

Hace casi un año que tuve la oprtunidad de conocerlo de cerca y desde entonces observo a Ibáñez como un artesano que ha hecho bien su trabajo y recibe con humildad la misma gloria de un gran escritor. No hay géneros menores, hay autores menores.

2:15 p. m.  
Blogger Chespiro said...

Amigo Fercho, ¿tuviste la oportunidad de conocer de cerca a Ibáñez? (¡Qué idólatra suena mi pregunta!).
Precisamente el objetivo de este tema era desmenuzar algunos de los rasgos por los que el grafismo de Ibáñez nos atrae tanto a tantos, sin darnos cuenta de ello.
Con respecto a lo que comentan los Burgomaestres, ciertamente los elefantes de Ibáñez son dignos de ojear...
Él lo sabía y fueron en muchas ocasiones una de sus "bazas" para las portadas de la revista "Mortadelo", empezando por la primera de ellas.

2:45 a. m.  
Blogger Fercho said...

Bueno, no cené con él, pero estuve en la cola de firmas pidiendo un esforzado dibujo (que no tenía ensayado) y luego en una charla-conferencia donde tuve la oportunidad de hacerle un par de preguntas (muy superficiales, la verdad).

9:48 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Bueno, conociendo al maestro Ibáñez, las respuestas serían también serían muy superficiales, en su afán de esconderse detrás de una broma que nos impida conocerle de verdad.

2:11 a. m.  
Blogger Gordito Relleno said...

Admirable tu análisis amigo Chespiro. Con estudios tan detallados se pone en valor y se le da dimensión de Arte al trabajo de nuestros admirados dibujantes. Ahora que estoy enfrascado en la lectura del libro "El mundo de Mortadelo y Filemón" más valoro el grafismo de Ibáñez, su ingenio y su detallismo.

11:54 p. m.  
Blogger Chespiro said...

Gracias por tu comentario, y espero que disfrutes con la lectura del libro de Migsoto (nombre del autor en los foros), en el que un servidor ha puesto muy gustosamente su granito de arena.
Lectura recomendada y recomendable sobre un autor que lleva cincuenta años siendo la primera lectura (y el primer grafismo) con el que han tenido contacto muchos españoles.

12:38 a. m.  
Blogger Los Burgomaestres said...

Hemos probado hoy a poner la cara del jefe en la de Filemón. Pero lo que de verdad nos encantaría es que nuestro jefe tuviese ¡la cara de Filemón! Por cierto ¿qué le pareció la cara de Viyuela en la adaptación cinematográfica? Mortadelo era clavado, pero a Viyuela quizá le sobraba un pelín (o dos, siendo Filemón) de histrionismo. ¿Esta de acuerdo, amigo Chespiro?

11:31 a. m.  
Blogger Chespiro said...

Bueno, respecto a la versión cinematográfica del cómic...la verdad, fue una sucesión de disgustos constante para mí.
Viyuela demostró en otros tiempos dominar el slap-stick, el humor de torta y porrazo, pero en la película, creo yo, se le nota demasiado cargado con el peso de ser uno de los pocos "actores" (¿Estaré siendo generoso con él?) de verdad de la misma.
Por eso mismo, pienso, sobreactúa...O tal vez porque no sabe hacerlo de otro modo.
Que aprenda de Benito Pocino (Mortadelo), que ni siquiera actúa (solo "sale" en la película).
Me alegro de que disfruten cambiando el rostro de Filemón por el de sus seres menos queridos...

11:20 p. m.  
Blogger Antonio Tausiet said...

Por cierto, ¿y aquel fanzine que ya estaba maquetao y todoooooooooooooooo?

5:16 p. m.  
Blogger Chespiro said...

Qué va, amigo.
El Fanzine estaba recopilado, que no maquetado.
La maquetación va a ser bastante profesional (por eso no la hago yo), y el hombre que la está haciendo lleva mil cosas a la vez.
Por lo que he podido ver, merece la pena. Está quedando muy bien.
Seguiremos avisando.

10:46 a. m.  

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